Desafíos y necesidades
El comercio ilícito de combustible sigue siendo un problema local que necesita soluciones específicas para cada país
Cada año se roban, adulteran o desvían combustibles por un valor de 133 000 millones de dólares en todo el mundo.
Estos actos delictivos provocan pérdidas igualmente importantes para los gobiernos por el abuso de subvenciones y la evasión fiscal y la consiguiente combustión de combustible ilícito de baja calidad daña al medioambiente y afecta a la salud de los ciudadanos del país en cuestión.
Esta práctica financia la delincuencia internacional, priva a los gobiernos de sustanciosos ingresos fiscales, pone en peligro la seguridad nacional, perjudica al medioambiente, daña los motores de los vehículos y reduce el atractivo de la inversión extranjera en los países afectados.